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Callejas de las Siete Revueltas


Nos encontramos con una de las callejas más raras, extrañas y enigmáticas de Córdoba, tanto por las leyendas que atesora y por el halo de misterio de muchos de sus moradores a lo largo de los siglos.


Su nombre, que fue anotado hasta en documentos del siglo XV, proviene así porque se compone de 7 vueltas o giros que hace la calleja, que va desde la plaza Conde de Gavia hasta la calle Agustín Moreno (y al revés).
Durante su recorrido nos encontramos con 4 callejas-barrera, o callejas sin salida, que en otro tiempo conducían a postigos o puertas falsas de ciertas casas nobiliarias de Córdoba.

HISTORIA

Además de nobleza, durante el siglo XVI, esta calleja alojó un gran número de las llamadas "casas de moros". Tras la Rebelión de los Moriscos del Reino de Granada (entre los años 1567 y 1571) bajo el reinado de Felipe II, muchos de aquellos fueron traídos presos a Córdoba, donde finalmente quedan avecinados.

Era una comunidad extraña la que habitaba en esta calle (como casi un pequeño barrio) que además de los postigos de la nobleza y ciertas casas de moriscos, también vivieron numerosos africanos durante el siglo XVIII.

Origen del "Soy Cordobés"

Aquí tenemos una de las grandes curiosidades de las Siete Revueltas.
En el año 1968, en la primera revuelta, tomando desde la calle Agustín Moreno dirección a la plaza Conde de Gavia, en el muro de la izquierda que llega hasta la Casa de las Campanas, y en su primera ventana, se ensayó por primera vez, por parte de la comparsa "Los de Sierra Morena", y hasta que se aprendió, el mítico y laureado pasodoble "SOY CORDOBÉS", que hoy en día es reconocido por todos los cordobeses como himno de la ciudad.

Nos encontramos los casos de mayor longevidad de los que existen constancia en Córdoba

Lo más curioso, entre estos vecinos de raza negra nos encontramos que en el Padrón de Santiago de 1718 figura una anciana africana llamada Ana Catalina con 105 años de edad, superada por otra de esa misma procedencia con el nombre de Encarnación, con 114 años.

Ana Vela Rubio, la persona más longeva de la historia de España

Ésta última ha sido superada en tiempos recientes por Ana Vela Rubio, conocida como la "abuela de Puente Genil", fallecida en el año 2017 a sus 116 años, donde fue considerada la mujer más longeva de Europa y tercera del mundo.

LEYENDA DEL PERFUME

En el primer tramo de la calle existía una barbería cuyo dueño era un celoso empedernido, tanto que a su mujer jamás dejaba salir a la calle, a no ser que fuera en su compañía.
Era tan celoso que hasta hizo poner unas celosías en las ventanas y balcones de su casa para que nadie pudiera verla.

Pero los celos iban a más, hasta el extremo que un día, y sin motivo alguno, entró a su casa y sin mediar discusión, asesinó a su mujer.

Al poco tiempo, cuando reaccionó y se dio cuenta de lo que había hecho, no se le pasó por la cabeza entregarse a la justicia, es más, maquinó la manera de poder salir indemne de su delicada situación.

Como sabía que en aquellos días la ciudad no era muy limpia y los olores no eran agradables, aprovechó la madrugada para coger el cuerpo y tirarlo a una gran alcantarilla que iba a desaguar muy cerca del Molino de Martos, con la esperanza de que el cadáver llegase al río y allí desapareciera para siempre la prueba de su delito.

Habían pasado ya unos días desde el crimen y ciertos vecinos notaron la ausencia de la mujer desafortunada en la misa de Santiago a la que acudía todos los domingos con su guardián o en el rutinario paseo por la plaza que el matrimonio acostumbraba a dar.
El asesino empezó a comentar a todo el mundo que su esposa se había ido al campo para cuidar a su padre que estaba muy enfermo, cosa que a los vecinos les extrañaba ya que conocían el carácter celoso del marido.

Al paso de unos meses, comenzó a salir del sumidero un olor tan agradable que llamó la atención de toda la ciudad.
Asombrados por el prodigio, empezaron a desfilar gran cantidad de personas, y hasta fueron boticarios cordobeses para ver si podían clasificar aquel delicado perfume, cosa que no lograron por ser un aroma superior a todos los conocidos.

Unos días más tarde, ciertos niños que estaban jugando en el Molino de Martos, se metieron por el enorme desagüe donde empezaron a caminar por él, hasta que se detuvieron al encontrar a la pobre mujer muerta.

El cadáver se encontraba a la altura de la barbería y de él amenaba el agradable perfume.
Sería para que la gente pudiera percibir que allí ocurría algo extraño y ayudar, de esta forma, a detener al asesino.

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